El gobierno no se conforma con que el pueblo se esté desmoronando, cayéndose a pedazos. Mientras ellos celebran y se jactan de sus acciones. De sus atentados contra el pueblo venezolano, y los ciudadanos, con un poco de conciencia, que lo conforman. Es obvio, y no hay mejor manera de demostrarlo, que al gobierno no le importa nuestro bienestar.
Pero el venezolano sigue insistiendo en calárselo. Pues señores hay que aprovechar mientras tengamos derecho a elegir. Así que prepárense para noviembre. Porque se les recuerda que El presidente Chávez no es el único que ha hecho de Venezuela un circo; no señor, sin la ayuda de toda la cuerda de adulantes no hubiese podido.
Si seguimos en esto, llegaremos a un punto peor que en el que estamos ahora, porque al menos podemos quejarnos, sin molestar a nadie. Pero ya verán, que muy pronto, si siguen haciendo lo que les da la gana, no se podrá. Y por si fuera poco, no les basta con atentar a nuestra libertad de expresión quitando canales de televisión, censurando diarios y cerrando emisoras.
No. Ahora también pretenden eliminarnos nuestros derechos a poder llamar por teléfono cuando se nos dé la gana. Conectarnos a INTERNET cuando queramos o sea necesario. Y hasta mandar un mensaje de texto (SMS) va a tener que ver con el gobierno. “¡No podemos seguir aguantando esto!”, es lo que siempre decimos. Pero ¿Quienes lo decimos? Los que de verdad no podemos hacer nada, y sin embargo, queremos hacerlo más que los que realmente pueden.
Porque ninguno de esos líderes ha dicho: “¡Hasta hoy!” y se ha ido a defender la patria que todos merecemos. Es inconcebible que no nos dejen en paz. Es lo único que pedimos. Que roben; no importa. Siempre lo harán. Pero déjenos vivir una vida tranquila, condenada a libertad y no a un régimen dictatorial. Muy parecido, vale aclarar, al de Cuba.
La nueva ley de telecomunicaciones da el poder al presidente de la República, para suspender las telecomunicaciones por medio del teléfono, ya sean llamadas, o SMS, y también el INTERNET, cuando lo vea necesario, o por cualquier eventualidad que ponga en riesgo la integridad y estabilidad de la nación. ¿Cómo se les ocurre? Porque si fuera por Chávez, ninguno de nosotros saldría de su casa. ¡Que aberración!
No es solo un error garrafal y un golpe bajo contra nuestra democracia. Es además, y lo más irónico de todo, una infracción de la ley. Porque según recuerdo, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Titulo VIII (De la Protección de esta Constitución) Capítulo II (De los Estados de Excepción) Articulo 337, se expresa claramente lo siguiente:
El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los estados de excepción. Se califican expresamente como tales las circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos. En tal caso, podrán ser restringidas temporalmente las garantías consagradas en esta Constitución, salvo las referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y los demás derechos humanos intangibles.
Revisen de nuevo, la parte resaltada en “Negrita” del artículo. Esto significa que si podrán suspenderse las garantías. Pero a pesar de esto, el venezolano siempre tendrá derecho a la comunicación, la información y a todos los derechos humanos intangibles. Lo que quiere decir, que lo que la Nueva Ley de Telecomunicaciones plantea, es totalmente inconstitucional.
A Chávez no le bastó con la aprobación de las Leyes Habilitantes, no. Sigue en su búsqueda del poder absoluto y del total dominio del venezolano. ¿Hasta cuando señores? Hay que tener paciencia, pero no dormirse y mantenerse pasivo. Nadie va a venir a meter las manos en el fuego por nosotros. Es mejor que tengamos un poquito de conciencia y abramos los ojos de una vez por todas; todos, hagámoslo. Ya muchos saben lo que es bueno. ¡Viva Venezuela!
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