Porque esta fecha es especial, y es recordada en Bolivia en honor a la valerosa mujer, madre, esposa y sostén de la familia.
Durante la guerra de la independencia Americana, el General Goyoneche, estratega de los ejércitos realistas, era el responsable de sofocar cuanto foco subversivo, en contra de la corona, se expandía.
Luego su implacable éxito, sofocando los alzamientos de La paz del 16 de julio de 1809.
A fines de 1811, derroto la rebelión de Cochabamba en los campos de Kewinal y Quirpuiavi, aunque su éxito no fue rotundo, no logro apresar a los cabecillas, se dedico frenéticamente a la búsqueda de Dn. Esteban Arze, el procedimiento cruel y expedito allanamientos a moradas en los cuales agredía físicamente a cualquier morador e la vivienda sean niños, ancianos o mujeres, en el seno mismo de sus moradas.
La población en general protegía a los líderes revolucionarios, Esteban Arze, se encuentra refugiado clandestinamente en Pocona, re-articulando sus fuerzas.
Al grito “nuestro hogar es sagrado” un grupo de valerosas mujeres se reúnen en la Catedral de Cochabamba, encabezadas por una anciana invidente Dña. Manuela Gandarillas, y la esposa de Dn. Esteban Arze, Dña. Manuela Rodríguez, se dirigen en romería la las colinas de la ciudad, llevando consigo la imagen de la Virgen de la Merced, en procura de bloquear el ingreso del “pacificador” Goyeneche, que con sus ejércitos se dirigía a esta ciudad , desde Tarata, tras la búsqueda, infructuosa del líder guerrillero.
Grande fue su sorpresa al encontrar resistencia, de un pequeño grupo de ancianos, mujeres y niños, que resistieron el ataque, armados con piedras, palos, mazos, machetes algunos fusiles y tres cañones con las pocas armas de lograron reunir.
Al grito ¡¡Nuestro hogar es sagrado¡¡ presentaron dura batalla, paso arrollador de Goyeneche, que encontró una resistencia inesperada.
La masacre de San Sebastián, fue la obra maestra del llamado Conde de Guaqui.
Las tropas de Goyeneche ingresaron a la ciudad formando dos columnas por la Tamborada y el Ticti, Goyeneche en persona, ingresos a sablazos, montado a caballo al atrio de la Catedral.
Hasta en día hoy quedan huellas de su violencia en las puertas de la catedral, las huellas marcadas por su sable, en las hojas de madera.
El general Cuzqueño organizo patrullas de avanzada que allanaron casas, tiendas y haciendas en la ciudad y sus entornos, búsqueda desesperada de los líderes revolucionarios.
En las proximidades de La Angostura, sobre la ruta a Tarata.
Ante la ausencia de los lideres de revolución, el tirano pensaba que el pueblo lo recibiría rogando clemencia. Su sorpresa no tuvo limites – ni su ira- cuando tropezó con un pequeño ejército armado con la mayor improvisación, comandado por una anciana ciega Dña. Manuela gandarillas, cuyo estado mayor fueron las vendedoras del mercado popular.
No fue difícil para Goyeneche ganar semejante batalla aquel 27 de mayo de 1812. Según coinciden varios cronistas, Goyeneche tendió un cerco mortal alrededor de la colina donde se concentraron las combatientes. La matanza fue despiadada. Allí también murió la esposa de Esteban Arze. Al día siguiente, jueves de Corpus Christi, Goyeneche encabezó una procesión religiosa con una comparsa de alto-peruanos que proclamaban al sojuzgador como a su salvador, mientras decenas de sobrevivientes de la víspera eran fusilados y los disparos se confundía con los petardos de la fiesta sacra.
Víctimas (lista difundida por Gabriela Taborga)
Mujeres • Manuela Gandarillas, Manuela Rodríguez de Arze, Manuela Saavedra de Ferrufino, Rosa Soto (nieta de la ciega Gandarillas y quien inspiró al épico personaje de Nataniel Aguirre), Juana Ascui, Lucía Ascui, Lucía Alcócer León de Chinchilla, María Isabel Pardo de Vargas, María Teresa Bustos de Salamanca y Lemoine, María del Rosario Saravia de Lanza, María Pascuala Oropesa, Luisa Saavedra de Claure, Mercedes Tapia y las hermanas Parrilla.
Hombres • Joaquín Mariano Antezana, Manuel Ignacio Ferrufino, Agustín Ascui, José Domingo Gandarillas, Bernardo Luján, José Manuel Lozano, Juan Zapata.
Fuente: Gabriela Taborga Villarroel en su libro “La verdadera Adela Zamudio”. Es una lista parcial de las más de 200 víctimas de la matanza de San Sebastián.
Acción notable de valor, lección para cualquier aprendiz de Dictador, con las aspiraciones de libertad de un pueblo no se juega.
HONOR AL VALOR, DE LAS MADRES DE COCHABAMBA.
Por Rene Mario Ichazo
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