Opinión Ultimas Noticias Pág 51./ 29.05.09
El proyecto de Ley de Procesos Electorales viene a demostrar lo que hemos planteado en distintos artículos: el Gobierno comienza a dar demostraciones de su falta de apoyo popular; su accionar una vez ganada la enmienda ha sido de ataque constante al voto, su empeño y afán por debilitar la fuerza que ha tenido la participación electoral y el sufragio; la real participación ciudadana le afecta y le aterra. Es por ello que en su incesante lucha por mantenerse en el poder, allí enraizado, empotrado, enquistado, no tiene mayor norte que las próximas elecciones de la Asamblea Nacional, para ellos perder el control absoluto de lo que se ha convertido en el brazo ejecutor de los caprichos del gran caudillo.
Desde ese espacio hemos visto cómo los patéticos diputados son simples títeres y marionetas del gran dueño de circo; desde esa tribuna se ha pateado la Constitución en múltiples oportunidades, en esa tribuna se han expuesto los más terribles argumentos para validar los disparates que se le antojan al nuevo dueño del país.
La lucha que el chavismo tiene planteada comienza a verse sin respaldo, y eso los ha llevado a actuar alejado de la constitucionalidad, siendo la Asamblea la protagonista de tanta demagogia, de tanto populismo. El descaro y el cinismo del Gobierno lo lleva a crear leyes que le permitan hacer lo que le da la gana, esta reforma no es más que avizorar el panorama electoral futuro, sabe perfectamente que la oposición tiene el respaldo de los estados con mayor población y eso lo coloca en una desventaja terrible en cuanto a la configuración de las fuerzas en el epicentro de la política nacional, su objetivo actual, la Asamblea.
Aun cuando se escucha y lee la noticia del parlamentarismo de calle, y la farsa que siempre plantean estos diputados de comunicar la ley, de hacer la consulta, cuando hacemos el ejercicio de ciudadanía e intentamos leer la ley, lo que plantea ese proyecto que ya está aprobado en primera discusión es casi imposible comprender su contenido, su articulado es prácticamente ilegible para aquellos que no poseen el lenguaje técnico o las herramientas necesarias que permitan vislumbrar la magnitud de lo que se está eliminando. Con esta ley, lo que el Gobierno termina diciendo a gritos es que necesita de ese espacio para poder seguir controlando el resto de la institucionalidad. No podemos nosotros, como opción real para los venezolanos, caer en el juego del Gobierno; debemos entender lo que realmente significa la unidad y trabajar en base a las elecciones que tienen en vilo al Comandante.
Vicepresidente de Sectores UNT metropolitano
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